Efectos fisiopatológicos por ruidos superiores a 60 dB, como aumento de la tensión, gastritis.

Efectos psicológicos ante ruidos excesivos y constantes como disminución de la concentración, irritabilidad.

Efectos lesivos por exposiciones a ruidos excesivos durante más de dos horas. Pueden dar lugar a pérdida auditiva o silbidos en los oídos.